Volver...


Si la expatriación es difícil porque supone dejar todo lo que conocías y te era familiar, mucho más difícil es la repatriación, volver en el tiempo y retomar una página de tu vida que ya ni recuerdas cómo la escribiste.

El mejor consejo que te podemos dar: debes estar preparado para volver desde el mismo momento en que te vas. No con el ánimo de decirte que te va a ir mal en el país de acogida, sino con el ánimo de retomar con madurez, con competencias adquiridas y con optimismo este camino retomado.

Es importante que mantengas relación con tus contactos, usa las redes sociales, mantente al tanto de cómo van tus amigos, entérate también de cuáles son las tendencias de empleo, qué perfiles están buscando en tu país de origen, cómo está el costo de vida, etc. Revisa el noticiero, habla con colegas…

Prepararse para volver también significa que  para retomar tu rutina garantices desde ya seguridad financiera para imprevistos, y comunicarte con tu pareja y tu familia, el proceso de repatriación es una readaptación de todos. Más aún si tus hijos crecieron fuera, ya que el choque cultural puede dificultarles adaptarse a este nuevo entorno.  

Siempre que te sea posible visita tu país por lo menos una vez al año, y organiza actividades para que tus hijos se mantengan cerca de su cultura. Por otra parte, trata al máximo que tu pareja aproveche este tiempo fuera estudiando y adquiriendo sus propias habilidades para que la repatriación también sea de éxito para el o ella.

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