Preparando a sus hijos para vivir fuera



Sus hijos no tienen elección al respecto: sus padres decidieron aceptar una oferta de trabajo fuera o abrirse camino en otras latitudes. Pero, cómo sobrellevar esa decision sin que tenga consecuencias adversas para el Sistema familiar?  


La edad del niño y su etapa de desarrollo son factores importantes. Los preescolares ubican su casa, adonde sea que vayan sus padres, es decir, hasta los 4 años no va a haber mayor inconveniente con la mudanza.
 Entre los 5 y 10, los niños ya han hecho lazos sólidos con sus amigos y con sus colegios, pero si se les prepara anticipada y adecuadamente, tampoco van a tener mayor inconveniente con el traslado.

Por el contrario, los adolescentes son los más reticentes a ser expatriados. Su identidad está asociada con sus relaciones sociales y sus actividades recreativas.  Es por esto que contemplar y comunicar adecuadamente a los hijos sobre la vida de expatriados es fundamental para las bases que establecerá la familia en el país de destino.  


 Preparando el terreno: Deje a sus hijos participar de la toma de decisiones, involúcrelos desde el principio. De esta manera tendrán la oportunidad de acostumbrarse a la idea, manifestar sus ideas e inconformidades y lo que es más importante: sentir que sus opiniones ayudan a construir la decisión de vivir fuera. Muéstreles las opciones de vivienda, los barrios, y los colegios para recibir su retroalimentación. Pídales que le ayuden a buscar en internet información del país y que le ayuden a buscar opciones turísticas, la historía del país, actividades recreativas, entre otros. Esta fase de investigación le viene bien a toda la familia.


Comunique los detalles: el mejor antídoto contra la ansiedad es información sobre el destino. Consiga libros, vaya a los sitios web, haga una noche temática con comida típica del país de destino. Aprendan algunas palabras típicas si el lenguaje es diferente, o palabras que tengan un significados diferente en el sitio de destino. Esto también les asegurará mayo orientación cultural y éxito en las relaciones con otros niños y adultos. 

Hagan catársis: Invite a sus hijos y a su pareja a que escriban sus propios blogs sobre el país de destino. Usted está leyendo mi catársis y le resulta util verdad? qué tal si usted lo intenta también? hay pocos o casi ningún blog de Honduras, invierta su tiempo en ayudar a otros. 


Lleve su hogar con usted: al crear continuidad, y reproducir aspectos del hogar en el nuevo destino, el niño encontrará que el hogar es donde el corazón está. Puede desde ya preparar algo típico del hogar, como fotos de familiares, algún cuadro representativo, la ropa de cama favorita, cosas que le signifiquen permanencia a la familia. También apóyelos a que aprendan a usar Skype, a comentar sus nuevas experiencias en Facebook u otra red social, a que se mantengan en contacto con sus amigos, familiares, abuelitos… Permítales llevar alguna cosa típica que puedan mostrar a sus compañeritos de clase, y cuando viajen en vacaciones, permita el intercambio de regalos con los amigos de su país de origen y con los nuevos amigos. Y si es posible, también incluya al miembro canino, o felino de la familia. Esto le dará continuidad de su casa.

 Cerrar el ciclo: apóyelo para que se despida bien de sus amigos. Tomen muchas fotos y permítale cerrar el ciclo. También apóyelo a que planifique su despedida.

 Apoyo continuo: durante la etapa de adaptación, programe reuniones o charlas periódicas con sus hijos para que le dejen saber cómo se están sintiendo, manifieste también sus sentimientos, esto les permite abrirse aún más. Recuerde que la comunicación es de dos vías. Los adolescentes también necesitan de su escucha y orientación aunque no lo pidan directamente. Revise sus cambios de humor. Pídales apoyo para lidiar con hermanitos, solicíteles apoyo con alguna tarea o proyecto de la nueva casa, como la búsqueda de colegios, la compra de algún electrodoméstico, pintar y decorar su habitación, dónde hacer las compras de víveres, hágalos sentir útiles, líderes e importantes para que esta gran aventura se lleve a cabo.

 Lo mejor de todo: los estudios han demostrado que los niños expatriados son más propensos a volverse adultos seguros con mayores habilidades sociales y adaptabilidad que sus contemporáneos. Gracias a esta experiencia, serán adultos que sepan asimilar y liderar el cambio. También son más tolerantes a cambios culturales y a involucrar y trabajar con personas diferentes. Les gusta el aprendizaje y obtener información nueva en todo


En resumen, entre más atención le preste a sus hijos y a prepararlos para el cambio, más beneficios de largo plazo obtendrán de ésta experiencia.  
 

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